Para las anteriores generaciones, un empleo duraba toda la vida. Cada trabajador permanecía en la misma empresa durante toda su vida activa y poco a poco iba ascendiendo a puestos superiores, sin que se produjeran cambios drásticos en la forma de hacer las cosas.

La capacitación del personal no era una prioridad para las organizaciones, pues las escuelas técnicas, universidades o institutos preparaban a los futuros técnicos, profesionales o ingenieros con los conocimientos básicos necesarios para abrirse paso en el mercado laboral. 

Se ingresaba a una empresa como aprendiz y los empleados de mayor edad se encargaban de transferir a los nuevos talentos los conocimientos necesarios para cumplir con las tareas y exigencias laborales.

Hoy, las cosas han cambiado. Las organizaciones se transforman continuamente a causa del avance tecnológico y la dinámica social; se registran cambios drásticos en los marcos regulatorios y suceden eventos inesperados en la economía nacional y mundial.

Además, surgen nuevas formas laborales, como el trabajo a distancia, la tercerización, trabajadores externos o independientes, el “home office” y los contratos temporales; mientras la globalización sigue impactando considerablemente en aspectos como la apertura de los mercados y la entrada de nuevos productos y servicios.

En ese mismo sentido, la fuerza laboral esta experimentado un cambio sustancial gracias a la incorporación de nuevas generaciones que tienen diferentes expectativas en los empleos y baja fidelidad a las empresas.

En materia de capacitación, las TIC son herramientas para facilitar la enseñanza y el aprendizaje, con la finalidad de desempeñar de forma eficiente el trabajo. Los retos a los que se enfrenta la fuerza de trabajo son la ignorancia y la obsolescencia; la primera se refiere a la falta total o parcial de conocimientos y la segunda se vincula con la presencia de conocimientos atrasados para realizar las actividades laborales.

En México, la Ley Federal del Trabajo en su artículo 3, fracción IV, sostiene: “es de interés social (…) promover y vigilar la capacitación, el adiestramiento, la formación para y en el trabajo, la certificación de competencias laborales, la productividad y la calidad en el trabajo (…)” .

Ante esta premisa se abren nuevas oportunidades para elevar la capacitación laboral por medio de la educación en línea, la cual ha mostrado alta efectividad en el aprendizaje cuando se respalda con un diseño pedagógico sólido. Así, la capacitación en línea es una modalidad flexible de aprendizaje que puede ser utilizada para la adquisición de habilidades y competencias laborales en diversos contextos, donde el uso de internet y de plataformas online permiten al usuario acceder a información, interactuar con materiales, llevar un acompañamiento cercano en el proceso de aprendizaje por medio de un facilitador e impulsar el aprendizaje colaborativo y en red, favoreciendo así el networking.

La industria, los servicios y los negocios en México requieren personal altamente capacitado para afrontar los retos de la innovación y cambios normativos. En nuestro país, solamente una de cada ocho empresas tiene programas de capacitación, la mitad de los trabajadores solo cuentan con educación básica o menos, mientras que una tercera parte de los egresados de las universidades no encuentran empleo.

Alineado a lo anterior, el 12 de Enero de 2020 entro en vigor las reformas al Artículo 311 de la Ley Federal del Trabajo en materia de Teletrabajo o home office, así como las obligaciones que tanto empleadores como las y los trabajadores deben cumplir. A partir de ese momento se reconocen el desempeño de actividades remuneradas en lugares distintos al establecimiento del patrón, por lo que no se requiere la presencia física en el centro de trabajo.

Dichas disposiciones son aplicadas a aquellas relaciones laborales que se desarrollen en más del 40% del tiempo en el domicilio de la persona trabajadora bajo la modalidad de teletrabajo, o en el domicilio elegido por ésta. Lo que confirma la necesidad de desarrollar formas de cumplir con obligaciones laborales no solo de las funciones propias del puesto, sino también en desarrollo de nuevas habilidades para trabajar en entornos no presenciales y a distancia.

El confinamiento por la pandemia por COVID-19 fungió como un catalizador para las nuevas formas de trabajo y formación de las personas, generan que las TICs incrementaran su usabilidad para las distintas actividades, ya sean personales o laborales.

Trabajo digno y competitivo a través de la capacitación 

En un escenario tan dinámico, las organizaciones que se adelanten a su competencia en generar ventajas competitivas a través de las personas serán las que marcarán la diferencia en sus resultados financieros.

Esto se logra mediante el uso de herramientas como el m-learning que consiste en el uso del celular para el acceso a apps y programas educativos, los MOOC (Massive Open Online Course) o los Recursos Educativos Abiertos como wikis o blogs que pueden ser favorecedoras en procesos de capacitación laboral, especialmente porque se rompe con las barreras de espacio, tiempo y dinero, propicia un aprendizaje autónomo y una actualización permanente.

Al respecto, a partir del 2015 se presentó MOOC MéxicoX (www.mexicox.gob.mx) mediante cursos abiertos, gratuitos y en línea busca promover el aprendizaje de toda la población mediante el desarrollo de habilidades digitales para el estudio, el trabajo y la vida.

Por su lado, la Secretaria del Trabajo y Previsión Social (STPS) pone a disposición de los trabajadores y patrones la plataforma PROCADIST- Programa de Capacitación a Distancia para Trabajadores– (https://procadist.stps.gob.mx/procadist) que es una plataforma educativa a distancia para trabajadores que ofrece el servicio de capacitación virtual gratuita, con el fin de contribuir al perfeccionamiento o desarrollo de competencias, capacidades y habilidades laborales.  Este programa ha sido diseñado para que los trabajadores se capaciten a través de internet y puedan planear su propio proceso de aprendizaje de acuerdo a su disponibilidad de horario.

En este nuevo contexto, las organizaciones y las personas que sea adapten rápidamente a los constantes cambios del entorno digital, deberán de considerar los siguientes características relacionados con los Derechos Humanos Digitales, esto es, el reconocimiento y la garantía que nos permite a las personas a acceder, usar, crear y publicar utilizando internet y las tecnologías digitales con seguridad e independencia:

• El mundo digital es un mundo de exposición. Según se entiende, lo más característico de Internet y de todo lo digital, aun por encima de las notas de atemporalidad y no espacialidad, es que todos sus elementos son fruto de la expresión humana. No existe un solo byte que circule en Internet sin que haya una persona responsable detrás; todo lo que hay en la gran red se debe directa o indirectamente a la intervención humana. El mundo digital es un espacio de expresión humana, donde todos sus actos están expuestos, en algún grado, al público.

• El ciberespacio es un mundo reflejo. Si el mundo digital es un mundo de exposición, lo que se expone es principalmente el ser humano, sus acciones, su visión y su perspectiva de las cosas. Pero también está ahí el mundo físico, aunque de una manera desmaterializada. Lo digital es reflejo de lo análogo.

• Estamos ante un mundo sin espacio físico. Es esta una de las características más palpables del mundo digital. La gente suele resaltar que Internet es un mundo sin fronteras, que es el lugar de la “gran aldea” donde “todo está a un clic”. Si una carta en el pasado debía surcar tierra, mares y cielos durante varios días para llegar a su destinatario, hoy el mensaje llega en milésimas de segundos: el mensaje ya no está sometido a las leyes del espacio físico y, por eso, ya no le cuesta nada llegar de un lugar a otro. La información digital no tiene peso que arrastrar, ni masa que mover.

• El tiempo digital es relativo. Algunos sectores del mundo digital son muy volátiles y otros muy estables, mucho más que en el mundo real. En general, lo que aparece en la red abierta tiende a quedar, e incluso, lo que desaparece no desaparece del todo, sino que queda grabado en varios registros, archivos, caché de numerosas computadoras.

• El mundo virtual es un espacio de libertad y responsabilidad ampliadas. Otra sensación muy fuerte que se tiene al navegar es que en Internet las personas son libres de hacer lo que les venga en gana. Nadie parece impedirlo. El mundo digital permite a la libertad personal desplegar sus alas. En cambio, cada vez es menos cierto que nadie controle la actividad digital. Conforme ha ido mejorando la tecnología informática y las autoridades han encontrado los modos de regularla, en esa medida ha crecido el control jurídico de la gran red. Hace ya mucho la red ha dejado de ser “el viejo oeste” donde toda justicia se hace a tiros.

Entonces, en el mundo digital, las organizaciones que ofrezcan el teletrabajo y la capacitación en línea deben procurar el proteger al menos los siguientes derechos humanos de los trabajadores:

1. El derecho a existir digitalmente. Es simplemente un derecho del ser humano a estar presente en la gran red cuando así lo decida.
2. El derecho a la identidad digital. Es la expresión electrónica del conjunto de rasgos con los que una persona, física o jurídica, se individualiza frente a los demás.
3. El derecho a la reputación digital. Tanto en el mundo físico, como en el digital, las personas merecen uno y otro respeto. Por ser este último un “mundo de exposición”, la reputación está más expuesta, para bien o para mal. El número de clics en “me gusta”, o las valoraciones que los lectores hacen de artículos, libros, blogs, etc., alzan o bajan la reputación de quien ahí se expone.
4. La libertad y responsabilidad digital. La libertad digital es mayor que la física en temas de difusión de ideas. Quien desea decir algo lo dice: no debe conquistar el beneplácito del editor del periódico, ni correr con los costos de montar un canal, ni convencer a un locutor de radio para que hable. En un blog, en un foro o en un portal público podrá decir lo que quiera y potencialmente podrá ser escuchado en cualquier punto del planeta. Ello implica también una responsabilidad de esa magnitud.
5. La privacidad virtual, el derecho al olvido, el derecho al anonimato. El derecho a la privacidad virtual ha de proteger siempre al cibernauta, no dejando que su información vaya más allá de lo prudente y legítimamente previsto
6. El derecho al big-reply. Todo cibernauta tiene derecho al reply, a re-twitt, al forward, a la copia, al post, etc. El derecho al big-reply del cibernauta debe cumplir con los principios de autenticidad, integridad, precisión y relevancia. Se debe precautelar que el mensaje repetido sea esencialmente el mismo que el original. Además, en el reply deberán constar claramente las debidas indicaciones de autoría.
7. El derecho a la técnica, al update, al parche. Es la facultad de poder usar y acceder a la tecnología, a las invenciones y a todos los desarrollos informáticos existentes, a un costo razonable. Dentro del derecho a la técnica se encuentra el derecho al update, que es el derecho a la mejora del programa o de la tecnología adquirida cuando esta mejora aparece en el mercado. Al lado encontramos el derecho al parche o al arreglo del bien informático defectuoso que se ha adquirido.
8. El derecho a la paz cibernética y a la seguridad informática. En el mundo cibernético nos intranquilizan muchas cosas: que la tecnología no funcione, que las máquinas se cuelguen y no podamos trabajar, que seamos víctimas de hackers, de crackers, de intromisiones, de injurias, de robos de identidad o de ciberbullyng. Todo ataque a un valor jurídico es también un ataque al valor de la paz.
9. El derecho al testamento digital. La presencia de la persona humana en el mundo digital tiende a prolongarse, para bien o para mal, mucho tiempo después de que su cuerpo físico ha fallecido. Las cuentas de correos, las páginas personales, blogs, redes sociales, etc., siguen activas, aceptando mensajes, e incluso, en algunos casos, respondiendo automáticamente.

Sin embargo, nuestro contexto nacional enfrenta al menos dos importantes retos que impactan la posibilidad de aprovechamiento de los recursos digitales para el trabajo y capacitación remota:

• El primero, consiste en reducir la brecha digital que afecta a los trabajadores de bajos recursos y poca escolaridad que tienden estar más alejados de la capacitación laboral, de tal manera que se pueda democratizar el uso de las TIC para la formación para el trabajo.

• El segundo, consiste en ampliar la cobertura nacional respecto al número de personas que se favorecen con procesos de educación continua en el trabajo impulsando políticas públicas que vinculen al sector productivo, al gobierno y los trabajadores, enfatizando en los beneficios colectivos e individuales.

En XPANX® ayudamos a nuestros clientes y sus negocios en la búsqueda e implementación de soluciones, gestionando el cambio a los cuales hay que adaptarse rápida e inteligentemente para lograr mayor productividad, crecimiento, competitividad y rentabilidad.

Y tú., ¿estas preparado para el mundo digital?