7 tendencias que guía el nuevo capitalismo - WEF

Publicado el 1 de Noviembre de 2020

En Davos, grandes líderes del mundo abordaron la necesidad de transformar un sistema económico cada vez más desconectado de la realidad.

El pasado 21 de enero de 2020, el Foro Económico Mundial (WEF por sus siglas en inglés), celebró 50 años de reunir año con año en Davos, Suiza, a líderes mundiales y personalidades que son sus acciones han permeado los cambios en los distintos ámbitos de la vida de la humanidad. El objetivo general de esta edición fue el ayudar a los gobiernos e instituciones internacionales a avanzar hacia el Acuerdo de París y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, así como facilitar el debate sobre tecnología y gobernanza empresarial.

Bajo el lema Grupos de interés por un mundo unido y sostenible, representantes de gobiernos, bancos centrales, empresas e instituciones manifestaron su intención de avanzar hacia un capitalismo más sostenible, equilibrado y justo. El sistema dominante en la economía mundial no ha tenido en cuenta durante demasiado tiempo que “una empresa es un organismo social además de un ente con fines de lucro”, en palabras del fundador y presidente ejecutivo de WEF, Klaus Schwab. Un hecho que “sumado a la presión del sector financiero para la obtención de resultados a corto plazo”, ha llevado al capitalismo ha estar cada vez “más desconectado de la economía real”. De este modo, definía las directrices del ‘stakeholder capitalism o grupos de interés’, un modelo económico en el que el objetivo de las organizaciones no solo responde ante sus accionistas sino hacia toda la sociedad.

Esta tendencia autocrítica del capitalismo parece irreversible, más ante la creciente exigencia de la sociedad de combatir el cambio climático y buscar una mayor sostenibilidad. Una transformación que, como estamos viendo ya, requiere que los empresarios y directivos estén persuadidos de la importancia del medioambiente y el propósito de su compañía desde la convicción, la conveniencia o la coacción.

Para avanzar en ese compromiso adquirido, el Foro de Davos ha desarrollado siete grandes tendencias que han guiado la agenda a nivel mundial a lo largo de este año y guiarán futuro próximo:

    1. Mejores empresas para un mundo mejor. Esto es que las organizaciones no sólo han de responder ante la sociedad, sino que también tienen que velar por los intereses de los accionistas, consumidores, trabajadores y empleados, con el objetivo de aunar los diferentes intereses de todos estos grupos. De este modo, las empresas deben considerarse a sí mismas como algo más que “una unidad económica que genera riqueza”. Estas organizaciones cumplen las aspiraciones personales y sociales como parte de un sistema más amplio, por lo que la remuneración de los directivos debería reflejar la responsabilidad hacia los grupos de interés”.
    2. El planeta, en el centro del debate global.  Como salvar al planeta (How to save the planet) es uno de los temas centrales alrededor de los que se ha construido este año la agenda del WEF. El año 2020 empezó con devastadores acontecimiento ecológicos y sanitarios, prevaleciendo la Pandemia por COVID-19. El reto de salvar el planeta no solo aplica al cambio climático. La pérdida de biodiversidad terrestre y marina, incluyendo la contaminación por plásticos, es otro de los temas en los que Davos quiere tener influencia.
    3. Orientar el desarrollo tecnológico hacia el bien. La revolución tecnológica y digitalización que caracterizará, principalmente a esta década, vendrá de la mano de las redes 5G, la aplicación extensiva de la inteligencia artificial y la automatización a numerosas funciones y trabajos, o las capacidades de procesamiento de la computación cuántica. No obstante, vivir en un mundo totalmente conectado plantea dilemas éticos que es necesario abordar desde un principio.  Vivir en un mundo totalmente conectado, no obstante, plantea dilemas éticos que es imprescindible abordar desde el principio. Por ello, es también uno de los grandes asuntos que trataron en Davos, y son de los asuntos en hoy en día. Los riesgos más inmediatos y que es más urgente regular y atajar de forma consensuada tienen que ver aspectos como el derecho a la privacidad, los sesgos en el desarrollo de modelos de inteligencia artificial o el impacto en el mercado laboral de la sustitución de funciones por robots.
    4. El futuro del trabajo. Una de las consecuencias más claras de la revolución tecnológica está siendo la transformación del trabajo, de la forma de producir. En los próximos años seremos testigos de la desaparición de funciones asentadas en todos los sectores, con lo que se abrirá paso la necesidad urgente de reubicar a muchos trabajadores en nuevos roles. En su informe, The future of Human Resources, KPMG asevera que el 57% de los directivos de recursos humanos cree que han de cambiar sustancialmente la manera en que vienen operando y poner más foco en comprender y planear la fuerza de trabajo que necesita su organización en el futuro. El WEF bautizó la creciente emergencia de llevar a cabo grandes procesos de re-capacitación de la fuerza laboral como Reskilling Revolution: esto es un movimiento destinado a formar en nuevas habilidades y capacidades a millones de trabajadores en los próximos años, en todo el mundo.
    5. Una sanidad del futuro. El WEF define dos escenarios para este tema. Uno, el optimista, en el que la esperanza de vida sigue creciendo y la mortalidad infantil se ha reducido a la mitad en las tres últimas décadas. Otro escenario requiere poner en marcha medidas para reducir la profunda desigualdad y poner el foco en las enfermedades mentales. La transformación de la sanidad estará marcada por la unión de las nuevas tecnologías y el desarrollo de la genómica. Progresos que impulsarán la medicina preventiva y personalizada, con el desarrollo de tratamientos individuales. Un sistema que sitúe al paciente en el centro de las preocupaciones. El objetivo pasará a ser el cuidado de la salud de las personas, primando la prevención y el resultado.
    6. Hacia una geopolítica verdaderamente global. Casi nadie discute que el peso del crecimiento económico mundial se está trasladando progresivamente desde Occidente hacia Asia, donde ya se concentra un tercio de la clase media mundial. Mientras tanto, países como Estados Unidos apuestan por políticas de marcado carácter proteccionista. En su informe anual ‘Global Risks Report 2020’, el Foro de Davos constata que la polarización económica y política aumenta a lo largo de 2020, y la pandemia por COVID-19, lo reafirma. Por eso, el WEF emplaza a la colaboración de líderes mundiales, políticos y empresariales para afrontar las múltiples amenazas climáticas, medioambientales, de salud pública y nuevas tecnologías.
    7. La exigencia de un sistema económico más justo. Recién superada la amenaza de la crisis financiera y el temor ante los signos de una desaceleración económica mundial, el Foro Económico Mundial se propuso a alcanzar un sistema económico más justo.

Hoy con la presencia vigente aun del COVID-19, la desigualdad creciente, las tensiones comerciales, la incertidumbre geopolítica y la disrupción ponen de manifiesto la urgente necesidad de proteger la estabilidad económica y financiera a nivel global. 

La producción lineal, como la conocemos desde la Revolución Industrial, está siendo transformada por la producción circular, con una cadena de valor que analiza el impacto del producto desde su diseño, fabricación, consumo energético empleado, modelo de consumo y distribución y, sobre todo, su reparación y reutilización para que nunca salga del proceso productivo.

Según los expertos reunidos en el Foro de Davos 2020, las inversiones en soluciones sostenibles y en economía verde que supongan una verdadera transformación son las que protagonizarán la próxima fase de crecimiento y prosperidad a nivel global. 

Son iniciativas por la cohesión mundial que tienen que ver con el desarrollo de las habilidades profesionales y el trabajo, con el crecimiento inclusivo, con la salud y con las relaciones comerciales;  iniciativas por un mundo sostenible, que van en la dirección de luchar contra el cambio climático y conseguir los objetivos de desarrollo sostenible; e implementaciones para fomentar una cuarta revolución industrial cohesionada y sostenible en ámbitos como las tecnologías emergentes o la ciberseguridad.

Y tú, ¿Estas preparado para el cambio mundial?

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